Para nosotros la estrategia es saber por qué hacemos lo que hacemos. Tener unos objetivos y establecer unas acciones, acompañar en el camino y caminar sobre seguro. Esto es válido para cualquier empresa, producto o servicio. Hacer marketing con una base de estrategia permite a nuestros clientes darse a conocer, acertar el público al que se dirigen, vender más y de manera constante y, en definitiva, darle un poco de envidia a la competencia. Nos sentimos parte de la empresa a la que prestamos nuestros servicios. Hablamos con ellos y de ellos en primera persona del plural.

Cuando una empresa apuesta por un plan de marketing es porque va más allá de acciones concretas, porque piensa a largo plazo. Sabemos que la situación inestable actual no permite pensar a muy largo plazo pero un plan de marketing también tiene en cuenta esos escenarios imprevistos. El plan es un documento que escribe Deacorde con la confianza y la colaboración del cliente, que nos abre las puertas de su casa. Siempre empezamos con una auditoría y, por supuesto, con el clásico análisis DAFO y el estudio de la competencia, que nos sigue ayudando a identificar objetivos, fijar estrategias y acciones tácticas, planificar, presupuestar y analizar. Paso a paso, con un plan.

Un plan estratégico incluye un plan de acciones pero a veces es suficiente con ir directos al plan de acciones. En este caso, también solemos partir de una auditoría previa porque tenemos que conocer al cliente, saber cómo piensa y qué espera de la comunicación, para que nuestro trabajo y el suyo vayan alineados. Fijamos acciones con un objetivo, en un plazo de tiempo y con un presupuesto asignado. A veces la acción puede ser entrar a conversar en redes sociales, crear eventos, publicidad en los medios de comunicación o en internet, una nueva imagen corporativa o todo junto.

La publicidad tradicional sigue siendo une herramienta de marketing útil y nosotros nos encargamos de que sea efectiva porque conocemos el lenguaje publicitario, los formatos y los medios. Ayudamos a nuestro cliente a emitir el mensaje para que llegue al receptor, es decir, a su cliente o futuro cliente.

Los recursos publicitarios con los que trabajamos son los anuncios en prensa, radio y televisión, diseños de lonas, catálogos, folletos, cartelería y presentaciones corporativas.

Hoy en día es imposible hablar de marketing sin tener en cuenta todo lo que nos proporciona el entorno digital, para lo bueno y para lo malo. En el plan y en las acciones de marketing y comunicación siempre hay una herramienta de marketing digital, ya sea envío de mails, gestión de redes sociales, campañas de publicidad en redes sociales o posicionamiento (orgánico o de pago) en buscadores.

Pero hoy en día no basta con saber de técnica, también hay que controlar el contenido, el mensaje y al público, ser atractivo para atraerlo, con formatos, videos, fotos y campañas diversas, y evitar el fuego cuando salta la chispa o apagarlo lo antes posible.

Nos guste o no, Google y sus algoritmos deciden qué vemos, qué leemos y qué compramos. Conocer su funcionamiento es importante para que las personas interesadas nos encuentren en el inmenso mar de internet. Para ello hay varias opciones, desde incidir directamente en los motores de búsqueda (SEM), por ejemplo con anuncios (Google Ads) o con el posicionamiento orgánico por gestión de palabras clave o dotando de contenidos Google My Business.